miércoles, 27 de febrero de 2013

Cirugía política



Si se es político y se tienen nociones de cirugía uno vive con un tremendo desahogo. En estas fechas parece que una de las enfermedades contagiosas en la subespecie política es la corrupción. Uno no ha llegado tan lejos en la política para que alguien se lo estropee ensuciando su nombre con la corrupción. Son años de idas y venidas con el café del jefe. Años de perfeccionamiento en el arte de la bisagra nucal y sonrisa ensayada, aunque te pilles los huevos, sonríe!!!. Años de no dar la opinión en nada. Al fin y al cabo, no es lo que se espera de los miembros del partido, en los inicios, todos los políticos ejercen de becarios palmeros. Y después de tragar tanto a uno le ofrecen un cargo interesante. Y al vecino del partido lo pillan con el carrito de los helados, o el jaguar ligeramente golpeado. Para que el marketing político te salpique pueden faltar minutos. No has trabajado nunca en nada más, no sabes hacer nada más y lo puedes perder todo porque tu compañero de partido, de departamento, y por tanto tu rival, ha sido pillado con las bragas en la mano. 

Aquí son cruciales los conocimientos de cirugía. Hay que actuar rápidamente. Aquel compañero a que fue nuestro padrino de bodas se acaba de convertir en un muerto viviente. Como si lo acabásemos de conocer hay que matar, extirpar y cauterizar.

Al señor se le dimite, no sin antes pedirle que sea de forma voluntaria para, en un acto último al servicio del partido, de la apariencia que incluso corruptos son honrados. Y cauterizado como por arte de magia. Ya está. Hemos levantado el cortafuegos. Como este señor ya no tiene nada que ver con el partido, el partido ya no es responsable de nada, es un hecho de “un señor”, “ese señor”, “quien ustedes saben” etc. Todo a título personal e intransferible. El partido queda a salvo. Sus integrantes quedan a salvo, sin mancha, sin sospecha.

A nadie parece importarle que las prácticas corruptas se produjeran dentro de un partido. A nadie le importa que las mismas prácticas sólo sean posibles dentro de los aparatos de poder. A nadie le importa que existan estructuras internas que permiten que nadie se dé cuenta de los casos de corrupción. Si fuesen médicos, les importaría un bledo la enfermedad hasta que los demás ven la gangrena. Entonces sí, zas!! tajo y a cauterizar. Hasta la siguiente.
Más de una vez se ha dicho que los partidos no son corruptos, lo son las personas. Que a los partidos no se les puede acusar o culpar de los casos, puntuales, de corrupción. Sin embargo en una manifestación se puede sancionar a los convocantes de concentraciones según el artículo 4.2 de la Ley Orgánica 4/1983, que regula el Derecho de Reunión, por la responsabilidad de los organizadores en la seguridad de la manifestación y en la desobediencia a las Fuerzas de Seguridad. La señora, Cifuentes, del PP, aplicó este artículo multando a 6000 euros al convocante del 25-S.

Aquí parece que las organizaciones si pueden ser culpables y se les exige una cosa llamada responsabilidad. No a las personas individuales que montan bronca, a los organizadores, no a la persona individual, a la organización.

Con ello parece ser que en el caso de los partidos políticos, aquellos que están llamados a regir los designios de un país, no rinden pleitesía a la misma palabra que los organizadores de manifestaciones. Responsabilidad. Diríase que es mucho más grave para el país las acciones de protesta ciudadana que las acciones de quien maneja el timón de la nación.
Así, al contrario que en una manifestación, con expulsar al corrupto, al malote, una vez descubierto el pastel, nunca antes, el resto de la organización puede quedar limpio. Aquí nadie sabía nada oiga. Nos ha pillado a todos por sorpresa. Sin duda, para que no pille a nadie más por sorpresa se tomarán las medidas oportunas. Se cambiará Suiza por Singapur.

domingo, 24 de febrero de 2013

Faemino Cansado y Rajoy



Faemino Cansado y Rajoy

Bien podría ser el nuevo trio humorístico, el trio del  humor absurdo. Hace poco el nuevo en el oficio afirmaba, sin rubor, que eso de la corrupción no va con ellos que los señores acusados ya no tenían nada que ver con el partido. Faemino y Cansado se olieron el filón y rápidamente lo ficharon. A continuación transcribiremos una copia que nos hemos bajado – Ramoncín, perdona nuestros pecados – del nuevo espectáculo de estos grandes del humor.
Cansado – Hombre Faemino, cuanto tiempo, ¿quién es tu amigo?
Faemino – Quien ¿este?, uno que dice que es presidente de no se qué, pero entre que no es de mucho hablar y que cuando habla dice una cosa, lo contrario y lo siguiente pues no me aclaro mucho
Cansado – No jodas, pero si es el presidente de España.
F- Pues puede ser, ya sabes que yo de futbol no entiendo mucho
C- Que no hombre que es el que sale por la tele, el de los sobres
F- Coño!! Será el presidente de los carteros
C- Que nooo hombre, no seas bestia, que es el que tiene los colegas pringados por corrupción
Rajoy- Disculpe caballero, eso es incierto. Esos caballeros imputados, donde todavía falta demostrar que no son inocentes, no tienen nada que ver con mi partido a día de hoy, por lo que nosotros, como partido no tenemos nada que ver ni responsabilidad alguna.
F- Ves porqué me gusta este tío?, habla poco, pero cuando habla es peor porque no le entiendo nada, entre este que no le entiendo nada, a mí que me importa un huevo y a este que solo va a lo suyo, la verdad es que es el amigo ideal. Con perdón de los presentes.
C- Pero macho que le han pillado con el carrito de los helaos.
F- Nanananana, haría calor joer!
C- Bueno si, ahí le has dao calor hacia, pero es que mira, los tios se forraron MIENTRAS estaban en su partido.
F- Bueeeno vale, pero ya no están, no has oído al caballero, ale pues ya está pelillos a la piscinilla y ya está.
C- No sé. Digo yo que si se lo llevaron crudo mientras estaba con él, y él era el jefe… pues a mi me suena que le han chuleao no?, Vamos que algo de responsabilidad tiene.
F- Bueno, vale, unos golfos se han llevado la pasta, pero mira que cara de bueno que tiene el barbas, alguien así no puede ser responsable de nada por Diós
C- Yo, Faemino, perdona las disculpas por insistir pero….
F- Pero mira que eres pesao eh?, cansino, que eres un cansino
C- Joer tio pero es que han robado en su casa, sus empleados mientras él era el jefe…
F- Y qué?, que demuestra eso?, Ha robado él eh?, animal! Eh?
C- Hombre él igual no pero….
F- Nada, queda absuelto señor juez
C- Pero si tu no eres juez…
F- Ni tu tampoco así que deja de juzgar al pobre hombre
C- Pues a mí me barrunta que algo de culpa tiene
F- Pues a mí no me barre una y este señor es inocente porque lo dice él
C- Que no hombre que ….
F- que es inocente y punto en boca
C- Que va! que va! que va!!!!!!
TODOS – Yo leo a Kierkegaard
PD: Rajoy actuará desde una pantalla de televisión con ruedecitas para mayor credibilidad

viernes, 22 de febrero de 2013

Privado es mejor



Lo privado es mucho más económico que lo público. Axioma repetido desde el Congreso hasta las barras de bar. Frases axiomáticas como verdades eternas repetidas hábilmente en distintos ámbitos sociales. Paridas desde la fábrica de argumentarios políticos con la misma intención de marketing que en su día tuviese un señor, con perdón, llamado Goebbels. Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Y así, pim pam pum, bocata de atún, se crea el llamado pensamiento único, surgido, como ya decía, al calor del argumentário. Esto mismo se desubica temporal y socialmente y la verdad es que podríamos estar hablando de cualquier estado totalitario, o como diría G. Orwell, 2 + 2 son cinco y siempre hemos estado en guerra con Eurasia.

Pero, ¿qué hay de cierto en la afirmación de la primera frase?  Pues no hay ningún estudio serio y global, al menos que yo conozca, lo cual no es decir mucho, la verdad. Cierto es que P. Krugman hizo un estudio sobre un caso práctico en la sanidad estadounidense, y llegó a la conclusión de que la sanidad pública sería más barata (concretamente el sistema de seguro médico PRIVADO americano medicare advantage ofreciendo el mismo servicio resulta más caro que el sistema medicare público).

Claro que para muchos el señor Krugman, sólo es un señor con rabo y cuernos. Lo del Nobel es una simple y curiosa anomalía. También hay mil y un estudios que demuestran lo contrario, en abstracto, del mismo modo que hay estudios que dicen que un masaje rectal con los dedos cura el hipo.

Así que en un acto de higiene mental no nos vamos a creer ningún estudio y lanzaremos al olvido los argumentarios bien argumentados sin argumento de fondo, pero con unos juegos de palabras muy interesantes.

Si una cosa es pública, no necesita GANAR DINERO, no es su fin, con mantenerse ha de tener suficiente. De la misma manera, una empresa privada que gestione un servicio público tiene como objetivo (sorpréndanse) el beneficio. Así pues ofreciendo el mismo servicio (aquí es más importante de lo que parece subrayar el mismo) parece claro que personas con las mismas capacidades técnicas y humanas que hiciesen un concurso práctico para ofrecer los mismos servicios, unos con beneficio y otros sin él, los que lo ofreciesen sin beneficio lo harían a un precio inferior. No creo que quepa discusión en esto.
Si un político dice que va a privatizar un servicio para que sea más barato, lo que nos está diciendo es que es un inútil, ya que ni con la inexistencia de exigencia de beneficio, es capaz de igualar la rentabilidad económica del sector privado. Por ello, este político debería hacerse a un lado y dejar espacio a alguien más capaz.
Puede ser que la administración esté anquilosada y sea lenta en la toma de decisiones, pero en lugar de legislar en esto, en las formas de gobierno de la administración, se opta por privatizar, asumiendo el sobre coste que va a generar ese beneficio privado del sector. Aún así, si valorásemos la ineficiencia del sector público de forma económica, si ese valor de la ineficiencia fuese igual al beneficio del actor privado, sería indiferente, a nivel económico, una opción u otra. En otras palabras, aún siendo menos efectiva la gestión pública, comparada con la privada, aún puede ser más barata económicamente la pública. Todo depende de lo que queramos asignar como beneficio a la privada.

Pero aún más, si como desde ciertos partidos políticos, y sus voceros, se asegura, los médicos son los mismos en la privada y en la pública. ¿Cómo explicar entonces la ineptitud en uno y la eficiencia en otro si los intervinientes son los mismos?. Eso en cuanto a los médicos, pero ¿y los gestores??.
Claro, eso debe de ser cosa de los gestores. Lo que pasa es que los gestores de los hospitales tienen eso que se ha dado en llamar puerta giratoria.  Ahora estoy en la pública, ahora en la privada y mañana al revés y viceversa. Curiosamente están en la pública cuando se privatiza y en la privada cuando se gestiona privadamente, como bien saben en Madrid o Alzira. Por su puesto esto debe de ser una pura coincidencia.

Así tenemos uno políticos que son incapaces de gestionar una sanidad sin beneficio. Ante esta situación obvian que parten de una situación de ventaja frente a la privada al no necesitar un beneficio, y en lugar de repensar la gestión pública, o pensarla por primera vez, deciden que piensen otros. Los privados. Los que son garantía de eficiencia. Los que a pesar de sacar un beneficio inexistente en la parte pública, lo hacen de forma tan eficiente que superan al público sin beneficio. Para que luego digan que en España no hay empresas competitivas. Y así el señor que ayudó, desde la administración (entre 2000 y 2007), a privatizar el hospital de Alzira, a estar en nómina de la empresa privada concesionaria, en septiembre de 2007. Su nombre Manuel Marín Ferrer.

Aquellos que fueron incapaces de mejorar la gestión pública, lo hacen estupendamente desde la gestión privada haciendo exactamente lo mismo, o eso nos venden. Cabe pensar pues, que ocupar puestos de responsabilidad pública idiotiza de tal manera que a uno se le olvida trabajar de forma eficiente, o simplemente trabajar. La buena noticia es que es reversible. Los efectos se pasan cuando uno cesa en sus funciones públicas. Esperemos ver pronto un estudio sobre esto al lado del ya nombrado estudio del masaje rectal, ya que bien pensado, relación tienen.

La otra opción sería que nos quieren vender una milonga para quedarse un negocio, la salud, en régimen de monopolio, ya que los gestores privados de la sanidad pública son los mismos que las empresas privadas sanitarias. Y eso podría cabrear un poquito.
Pero no temamos una revolución. Los argumentarios funcionan a toda máquina. En la barra del bar de la esquina ya he oído 999 veces que lo privado es más efectivo y económico. Una vez más y estaré convencido. Por eso escribo esto, antes de que lo olvide.

martes, 19 de febrero de 2013

No nos representan



Sólo con el título seguro que ya hay gente a favor o en contra, pero como en todo hay que leer hasta el final. Los políticos representan la soberanía popular a través de los sobres, (Bárcenas tu no sales aquí), donde se deposita el voto. Si de economía, de política económica hablamos, ha de ser lo mismo. Unos señores que se hacen llamar políticos dicen que van a hacer, cuáles son sus intenciones, eso que se llama programa. Los sufridos votantes, dueños y señores de la soberanía que la cámara del congreso no ostenta, sino que representa, eligen que política económica quieren que se realice, por mayoría, o no, en su país, su territorio, y aquí es muy importante esas dos letras, su.

Y si de política económica hablamos, un país, un gobierno, tiene dos opciones, la política monetaria y la política fiscal.
La política monetaria, en pocas palabras, consistente en modificar tipos de interés y cantidad de dinero en circulación afectando a la demanda y oferta del mercado y a la inflación. Los países utilizaban, algunos, como EEUU a través de la FED aún lo hace,  esta herramienta en función de los intereses económicos, variables en el tiempo. Pero somos europeos.
 Le hemos dado la exclusiva de la política monetaria al Banco Central Europeo. Son ellos los que han de aplicar la política monetaria…para toda Europa. Puede que lo que sea interesante para Holanda no lo sea para Italia, pero no hay opción de dos actuaciones diferenciadas. Ni tan siquiera se han establecido mecanismos de “compensación” ante tales casos.
Además el BCE está formado por señores que son ajenos a la política consagrándose la independencia de cualquier poder político en Europa. No han de obedecer a los políticos elegidos por la soberanía popular. Por ley se establece que la única misión del BCE es el mantenimiento de la estabilidad los precios, de la inflación. Así se elimina cualquier atisbo de acción directa en la economía, alterando oferta y demanda. Primero porque es un organismo ajeno a los representantes políticos, ajeno pues al pueblo, ajeno a los dueños y señores de la soberanía.
Por otra parte se elimina institucionalmente las acciones directas en la economía y se crea un organismo que tiene como única misión la estabilidad de precios, que todo siga igual, para que el mercado no se distorsione y la economía pueda seguir su curso sin interferencias. Se crea por ley una estrategia ideológica neoliberal. Se anula cualquier otro tipo de posibilidad de actuación. La FED de Estados Unidos no hubiese podido actuar como ha actuado en esta crisis mundial si hubiese tenido el mandato único y exclusivo de mantenimiento de precios. Y de golpe, una de las dos armas que tiene cualquier nación para actuar en la economía pasa a ser embargada por un organismo ajeno a la soberanía popular. Es decir, en política monetaria ningún  partido nos representa, ya que pensemos lo que pensemos hemos cedido nuestra soberanía en política económica a unos señores para que hagan lo que les parezca. Y les parece que no hay otra opción que hacer lo que hacen. Y no pueden hacer otra cosa porque la ley lo prohíbe expresamente. Y como si de un trilero se tratara, hemos votado libremente nuestro sometimiento, tanto de acción, como de ideología, ya que hemos instaurado por ley una corriente ideológica económica.

 Renunciamos a pensar de forma alternativa. Votamos y celebramos nuestra esclavitud a un poder superior.
Pero bueno, siempre nos quedará la política fiscal. O no.
La política fiscal consiste simplemente en recoger ingresos vía impuestos y gastarlos. El cómo, cuando y donde se recaudan y el cómo, cuando y donde se gastan, es lo que configura la política fiscal. La recaudación puede descansar, proporcionalmente hablando, más sobre las capas acomodadas de la población, con lo que se crea un efecto redistributivo de la renta al cargar más a quien más tiene.

El gasto puede ser en aeropuertos o en universidades, en polideportivos de 10.000 localidades en pueblos de 5.000 o en investigación y desarrollo. En pagar profesores y médicos o en contratar el asesor externo de la secretaria del adjunto al director general del vicepresidente de alguna empresa pública, adscrita al ministerio de lo que sea, o en contratar a todos ellos.

 Evidentemente depende de a quien le quites, cuanto le quites y como le quites estas estableciendo una estructura que favorece o perjudica a alguien. Depende de en que gastes el dinero estás beneficiando o perjudicando a alguien. Los recursos son escasos y depende de cuáles sean tus intereses has de gastar el dinero. Así los partidos se presentan a unas elecciones diciendo si van a subir o bajar los impuestos y en que se lo van a gastar. Y también cuando se lo van a gastar. Así si la economía está en depresión el estado puede gastar más en I+D para cambiar el modelo económico y añadir valor a la producción, o crear infraestructuras necesarias para que el comercio y la industria vean facilitada su salida empresarial, o bajar impuestos para que las empresas tengan un respiro en este tiempo….la lista es inmensa.

A esto se le llama políticas keynnesianas. Pero para ello hace falta planificación a largo plazo. Si se gasta en periodo de crisis desde el estado es para recuperarlo en épocas de bonanza. Al servicio de eso que llamamos pueblo, que incluye al panadero y al señor Botín. Pero firmamos un acuerdo que nos impide endeudarnos en épocas de crisis. En épocas de bonanza los políticos hicieron, con gran y descarada complacencia de los votantes, de su capa un sayo. Gastaron en nimiedades faraónicas y grandilocuentes estupideces. Aún así no era exagerado el déficit español, tal era el poder de la burbuja inmobiliaria. Los bancos creen que dar hipotecas no es ningún riesgo porque las viviendas suben un 14% anual y se venden todas. Corre el dinero. Con una chapa de cocacola como aval te dan dinero para comprar la casa, el viaje de novios un coche nuevo y un regalito para la suegra. Y como a quien le ponen el dinero delante se le oscurecen los laterales, aceptamos alegremente.

Los bancos dieron dinero muy por encima de lo que el país era capaz de generar. En el país, de forma global, no se generaba suficiente valor anual para pagar todos los créditos concedidos. En España se pensó que el negocio era tan bueno que se pidió dinero afuera para poder prestarlo dentro. Aquí no había suficiente dinero para la cantidad que se deseaba prestar. Empiezan a caer las expectativas y a imponerse la realidad. Los despidos aceleran la incapacidad global de devolver créditos. Los bancos empiezan a comprender que no tienen el dinero que prestaron, y que tienen que devolver. Necesitan liquidez ya que sólo tienen casas que encima valen un 20% menos del dinero que dieron por ellas. El estado acude al rescate. Se rescata con dinero público una empresa privada. El estado hace de aval, pide prestado para dárselo a los bancos. El estado paga, los ciudadanos pagan. Y mucho.
Los recursos son escasos, ha que decidir donde gastar. Y una cosa es prioritaria. Hay que devolver el dinero que el estado pidió para la banca, con sus correspondientes intereses. Además el sistema recaudatorio cae en picado cuando las empresas empiezan a caer, los despidos empiezan a generalizarse, un despido es un ingreso menos para el estado, un ingreso menos para la tienda de la esquina, y empieza el efecto dominó. Todo ello hace subir la deuda pública española hasta el 83,5% del PIB, hay que hacer recortes, es prioritario pagar a los deudores, antes que la sanidad, la educación, la dependencia…................... la prioridad es la que es.
Así que vamos a intentar sacar dinero de donde sea. Como lo necesitamos rápido hacemos lo fácil, subimos el IVA, que es un impuesto indirecto fácil de recaudar. Amnistiamos fiscalmente, con generoso lametazo donde la espalda acaba si hace falta. Subimos impuestos especiales, subimos tasas, creamos nuevas, recortamos gasto, recortamos sanidad, recortamos educación, becas, dependencia, sueldos, libertades, derechos. No se recorta la paga extra de la casa real ni los asesores externos. En casos como en Baleares, incluso se les sube el sueldo (un 26%) en plena crisis. Y los votantes ven como aquí no pintan nada, no deciden nada. No se puede hacer otra cosa. Hay que devolver los créditos, es imperativo. Es obligatorio, y mientras necesitamos dinero que no nos llega con lo interno, pedimos dinero y nos ponen condiciones. Privatizar, liberar, modificar leyes, y todo se acepta mientras el pueblo soberano mira cómo va cambiando todo a su alrededor sin poder hacer nada. El PP gana las elecciones con un programa que se ha encargado, con precisión alemana, de incumplir punto por punto.
 Así que la soberanía popular quería una cosa y el partido que representa esa soberanía ha hecho lo contrario. Nos quedamos sin opción económica, ni fiscal ni monetaria. Estamos intervenidos. Nuestra opinión no cuenta. Así que no, no nos representan.
Los recortes se hicieron para pagar los desmanes de la economía privada, o la mala gestión, o las erróneas perspectivas. Los ciudadanos, la mayoría sin comerlo ni beberlo, se ven afectados, no para bien. Pero del causante de todo esto nada se sabe, es difuso, sobre él/ellos no pende una tijera para cortar la cabeza. Dentro de unos años, cuando todo haya pasado, cuando hayamos recogido, enterrado y olvidado a los muertos por el camino, podremos ver como se echan unas risas en los consejos de administración de alguna eléctrica, gasista o empresa de telefonía y alegres brindarán con champan, servido por un eficiente licenciado en químicas que decidió no emigrar.