lunes, 12 de agosto de 2013

Para que nadie pierda



Andaba yo el otro día de cena con unos amigos. A la hora de pagar se estableció una pequeña discusión sobre la forma de pago. Que si efectivo, por ser lo tradicional, que si con visa, que la pasan a final de mes sin intereses, si con la tarjeta de nosequé, que te hacen descuento.... 
Todo ello provocado por otra discusión anterior donde se quedó de acuerdo en lo caro que resultaba la cena, y ante la inevitable tragedia del trámite del pago, se encadenó la trifulca mencionada sobre la mejor manera de capear el temporal, de pagar. 
Yo miraba la factura y la discusión divertido. Intervenía de vez en cuando. Aunque en el fondo estaba relajado. Lo único que tenía claro es que yo no iba a pagar de ninguna manera, ni en directo ni en diferido que diría una buena amiga mía.

Pues eso pasa en Europa con los bancos.

Los bancos están en quiebra técnica ante la situación de desequilibrio de su balanza. No pueden hacer frente a los pagos comprometidos con los recursos disponibles.

Recordemos que los pagos son todos los derechos que los demás tienen sobre el banco, es decir, depósitos en cuentas y productos de inversión. Básicamente el dinero que los clientes han metido dentro del banco.

Tengo 100 y debo 300. Pues bien, toca reequilibrar.

Y aquí entra la discusión del método. O rebajamos los 300, hacemos quitas de deuda (Chipre), o aumentamos los 100 haciendo que nos den dinero (España), o quebramos y con los 100 que se pague lo que se pueda y el resto que se aguante (Islandia).

La factura es la misma. Cara, sí, pero no mayor. Así que lo que importa es cómo se va a pagar. Más bien, quien la va a pagar.

Los distintos métodos no varían el total de la factura, que en todos los casos son 200, bien quitando, bien poniendo. Lo verdaderamente importante es quien se va a rascar el bolsillo. Veamos pues.

Chipre. Se hace una quita. Las deudas se reducen por decreto ley. Como ya hemos dicho las deudas es el dinero que otros han puesto en el banco, bien en depósitos (cuentas corrientes) bien en inversiones (fondos de pensiones, deuda, bonos, pagarés, participaciones preferentes, accionistas del banco...etc). Y aquí todos pierden, los inversotes del banco y los depositantes. Con la excepción de los que tienen menos de 100.000 euros, cuyos depósitos están garantizados por ley. Aunque en un principio se quiso que estos también pagaran.

Esa garantía a los depositantes salen de los presupuestos públicos. Así que los inversores pierden una parte de su dinero, y los contribuyentes del país aportan para pagar a los depositantes pequeños que no pueda cubrir el banco. Y esos son quienes pagan la factura.

Islandia. El banco se liquida. Desaparece. Vende todo lo que tiene y paga a quien puede. Los inversores del banco pueden perderlo todo o una parte, en función de la situación del banco. De nuevo los depósitos están asegurados. La diferencia de éste método y la quita es puramente conceptual. Una quita es una decisión de cuanto van a perder los inversionistas y una quiebra es cuando la quita real la pone la situación del banco. La diferencia, obvia, es que en un sistema el banco desaparece y en otro continua su andadura, de manera que se espera que no haga falta rescatar, por parte del estado, a los depositantes, porque la continuidad de la actividad hará viable el pago de depósitos.

En Chipre se espera que el estado no deberá de hacer efectiva la garantía de los 100.000 euros por depositante y en Islandia ya asumen que el estado se hace cargo de ellos, vía presupuesto público y el resto que se encomiende a sus dioses. Que se repartan lo que quede del banco vaya.

En Chipre la quita actual roza el 50% (pierden el 50% de lo que tenían). Aún así las ultimas estimaciones hacen pensar que no será suficiente esperan un escenario de quitas del 60%.

Y luego está España. Ay España!!.

Aquí, como cachondos y trileros que somos, hemos rizado el rizo.

Aquí les vamos a dar un préstamo a los bancos para que salgan de tan difícil situación. Aquí nadie va a perder nada, ni accionistas, ni inversores, ni depositantes. Aquí sólo necesitamos un poco de parné y tiempo. Aquí somos más chulos que un ocho.

Europa le prestará al estado, el estado avala el préstamo. El estado prestará a los bancos. Los bancos se recuperarán. Devolverán el dinero al estado y el estado devolverá el dinero a Europa. Y aquí no pierde nadie. Que “pa” listos, nosotros.

Esta es la versión que en repetidas veces han dado los ministros de este nuestro país. En marzo, de Guindos aseguraba que los españolitos no íbamos a perder nada, que era la única manera. Que había discutido con sus amigotes del restaurante y habían llegado a la forma más chula para pagar la cuenta. Después relataremos quienes eran los comensales que discutían.

Pues resulta que no. Que parece que la cosa no ha funcionado. El FROB, que es a quien Europa le presta, para aclarar, da por perdidos 36.000 millones de los 51.000 inyectados en la banca en 2013. Esos están perdidos seguro.

Pero desde que empezó la fiesta hemos inyectado 250.000 millones a los bancos. Para que se salven. Para que no haya quitas. Para que no quiebren. Para que nadie pierda, recordémoslo.

El FMI espera que se puedan devolver, por parte de los bancos, of course, unos 60.000 millones. Millón arriba, millón abajo.

Eso quiere decir que 190.000 millones de euros no se podrán devolver. Me refiero a que los bancos no los podrán devolver. Pero esos millones se los prestaron al estado español, y el estado responde de esos 190.000 millones que los bancos no podrán devolver, y que se los habíamos dado para que no quebraran, para evitar la quita, para que nadie perdiera.

Y así, para que nadie pierda, los contribuyentes españoles perderán 190.000 millones que los pagarán a base de recortes. En sanidad y educación se han recortado 10.000 millones. Ya sólo nos quedan 180.000. Para que nadie pierda.

Los inversores del banco no aceptarán ni un euro de quita. No perdonarán ni un euro de los derechos económicos que tienen en el banco. No perderán nada.

En la época de la burbuja, del milagro económico, los bancos no tenían suficiente dinero para prestar todo lo que querían. Así que pidieron dinero al exterior.

Según datos del Banco de España, la deuda que desde el Estado español se debe a acreedores extranjeros (deuda externa bruta), a 31 de marzo de 2011, asciende a 1,7 billones de euros, cifra que representa cerca del 170% del PIB español. Según los cálculos anteriores, esta cantidad significa casi la mitad de lo que debe el conjunto de la economía española. El resto sería deuda con acreedores españoles.

De todo ello, la parte de deuda pública con el extranjero representa únicamente el 18% del total de la deuda externa (307.000 millones de euros), -[es decir, no es un problema de deuda pública, de malgastar el dinero en lo público]-, mientras que todo el sector privado debe el 82% restante (1,4 billones de euros, de deuda privada, no pública). En este caso, las entidades financieras también son las principales deudoras, con un 44% de la deuda externa española (760.000 millones de euros), mientras que los otros sectores adeudan el 38% restante (662.000 millones). Así, según el Banco de España, los actores privados deben al extranjero una cantidad cercana al 140% del PIB español, en un momento de estancamiento de la economía y con casi 5 millones de personas en el paro.

En aquel restaurante, decidiendo cómo se pagaba la factura estaba Alemania. Sus bancos son los acreedores del sistema financiero español, donde invirtieron ante la perspectiva de grandes beneficios en el sector inmobiliario. Una quiebra significaría que deben conformarse con lo que pueda pagar lo que quede en el banco. Una quita sería aceptar una pérdida de su inversión. Así que han hecho un truco de magia. Han convertido la deuda privada en deuda pública, con el aval de todos los contribuyentes de este país.

Decidle a los españoles que ellos son más chulos que nadie. Mientras estén hinchados con el orgullo patrio, entrad por la puerta de atrás y dejadlo todo atado para que paguen ellos todo.

Se cambia la constitución española. En su artículo 135. PP y PSOE de acuerdo.

"Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta".

No sólo vamos a garantizar las inversiones extranjeras de grandes bancos europeos en España. Además vamos a pagar los intereses de garantizarles su inversión. Y se han asegurado, vía constitucional, de que en caso de dificultades de pago, lo primero que se tenga que pagar sean esos intereses. Antes que las pensiones, antes que las becas, antes que la educación, antes que la sanidad. Para que nadie pierda. Con PP y PSOE de acuerdo.

Los grandes, y pequeños bancos europeos invirtieron en el milagro del ladrillo español. Inversiones arriesgadas. La cosa no salió bien. No era tan milagro como se pensaba. Toca pagar la factura. Así que se reunieron en un restaurante y decidieron cual era la mejor manera de pagar la factura. Para que nadie, de los comensales, perdiera.

La factura estaba en la mesa, se la dieron a de Guindos, que se la trajo a España con la promesa de que la iban a pagar los malotes de los bancos. En ningún caso los contribuyentes españoles.

Al cabo de un tiempo, y viendo el buen resultado, el señor de Guindos nos obsequiará con un bonito “lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder”.

Y mientras él nos obsequia con esto, y por una cuestión de vergüenza torera, de Guindos se retirará de la política. Se retirará a disfrutar de su puesto de consejero delegado ejecutivo con coche, chofer y secretaria tetona en un importante banco europeo.

Y de esta manera, la factura la pagará la sociedad española, en su totalidad, con dos cojones. Bueno con dos de esos y algún que otro servicio social menos, algún que otro derecho social menos, algún que otro derecho laboral menos, algún que otro poder adquisitivo menos, algún que otro futuro menos.

Para que nadie pierda!!!

PD.: Adivina adivinanza, ¿quién es nadie?









3 comentarios:

  1. Curioso idioma el nuestro donde nadie significa todos, o peor aún, todos los ninguneados por la caterva de criminales que nos engaña y que no olvidemos, se divierte señalando culpables a placer.
    Un saludo

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  2. Magnífico resumen sobre la incoherencia de nuestra situación Macroeconómica...

    Saludos

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  3. Gracias por la sencilla explicación.

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